Los países
Cuba
El archipiélago cubano, situado en el mar Caribe, está formado por la isla de Cuba, la Isla de la Juventud y unos 1.600 islotes y cayos. La isla de Cuba es la mayor del archipiélago, con una población de unos 11 millones de habitantes y una extensión territorial de 104.338,33 km2. Cuba posee una riqueza cultural y natural de gran valor que, por sus características y representatividad, ha llevado a la UNESCO a declarar varios sitios Patrimonio de la Humanidad. No obstante, Cuba presenta una considerable susceptibilidad a las consecuencias del cambio climático, a lo que contribuyen diversos factores:
Ubicación geográfica y condiciones meteorológicas extremas
Cuba es muy vulnerable y se enfrenta a importantes retos en relación con el cambio climático. Está expuesta a los riesgos de fenómenos meteorológicos extremos como huracanes y tormentas tropicales, que se han hecho más frecuentes e intensos en la última década. Las comunidades costeras y las infraestructuras vitales de la isla son vulnerables a las inundaciones y a los fuertes vientos cuando se ven afectadas por estos fenómenos.
Degradación medioambiental
Los escenarios climáticos actuales predicen altos niveles de degradación medioambiental para el presente siglo en Cuba. Los cambios en los patrones de precipitación, las sequías prolongadas y la degradación del suelo afectan directamente al sector agrícola, reduciendo los rendimientos y poniendo en riesgo la seguridad alimentaria, lo que repercute en los medios de vida de muchos agricultores.
Aumento del nivel del mar y vulnerabilidad costera
Además de estos retos, los ecosistemas costeros de Cuba, incluidos los arrecifes de coral y los manglares, están amenazados debido al aumento de la temperatura y la acidez del océano. Estos ecosistemas son esenciales para la protección de la costa, la preservación de la biodiversidad y el apoyo a la industria pesquera, por lo que su degradación es una de las principales preocupaciones para el equilibrio ecológico y la sostenibilidad económica de la nación.
A pesar de su vulnerabilidad, Cuba está trabajando para mejorar su resiliencia y hacer frente al cambio climático de forma proactiva. El Plan Estatal para Enfrentar el Cambio Climático es una de las principales acciones que el gobierno ha diseñado con este fin. Establece cinco acciones estratégicas, entre ellas adaptar las actividades agrícolas y ganaderas, especialmente las más relevantes para la seguridad alimentaria del país, a los cambios en el uso del suelo derivados de la subida del nivel del mar y la sequía. Esto incluye reducir las áreas de cultivo cercanas a las costas o afectadas por la intrusión de agua salada, diversificar los cultivos, mejorar las condiciones del suelo e introducir y desarrollar variedades resistentes al nuevo escenario de temperaturas. La cooperación y el apoyo internacionales son cruciales para ayudar a Cuba a afrontar los complejos retos que plantea el cambio climático y garantizar la preservación de su patrimonio cultural y sus recursos naturales únicos.
Actualmente, el proyecto Comunidades Caribeñas Resilientes (CCR) se está ejecutando en Cuba a través de dos instituciones de la zona oriental del país:
- Bioeco: El área de influencia del proyecto se sitúa principalmente en el sureste, en la provincia de Santiago de Cuba, concretamente en la vertiente sur de la Sierra de la Gran Piedra, incluyendo una de las zonas más densamente pobladas de la Reserva de la Biosfera de Baconao.
- Upsa: La zona de influencia del proyecto abarca la parte nororiental de la Reserva de Biosfera de Cuchillas del Toa, situada en el noreste de Cuba. Parte de su territorio se encuentra en la provincia de Guantánamo, extendiéndose hacia el norte hasta la provincia de Holguín. Las acciones del proyecto se llevarán a cabo dentro de sus zonas núcleo, incluido el Parque Nacional Alejandro de Humboldt.
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